Hay una Tierra, simiente de niños alados aireando a la esperanza,
con espaldas transparentes,
con ojos espejados de inocencia
Niños jugando con los rizos del tiempo,
entre el futuro y el hoy.
Hay una Tierra confiada
a eternidades galácticas
en su pródiga misión
Orgullosa de la raza
arrasando al invasor.
Hay una Tierra, en todos los Pueblos!
que anda de a pié,
que se sube a los trenes,
y que se baja a las minas;
que se cuece en los hornos
y se oficia de orfebre.
Una Tierra que arropa a la indigencia
Diligente en los basurales
que a elefantes y gorriones acicala
Cama de soldados y de amantes,
cuna de muertos y mutantes.
Una Tierra, que invisible por la ley,
viaja...
sin fronteras, sin boletos,
camuflada en las manos
de los Pueblos.
César De Santis
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